Este é um blog baseado em fatos reais da vida de uma mulher, ou melhor da vida de mulheres, estas que todos os dias batalham sem deixar de lado seu lado feminino, sua sensibilidade. O nome deve-se às diversas situações tragi-cômicas presenciadas como corriqueiras. Circo porque é fácil ver os papéis que desempenham as mulheres como equilibristas, malabaristas, mágicas e porque não dizer, palhaças. Respeitável público, o circo do sarcasmo orgulhosamente apresenta: a vida.
quarta-feira, 15 de agosto de 2012
La belleza genuína robada, culpable, cosida y olvidada
A veces me pregunto… en el tiempo de nuestras abuelas, como dice la viñeta de Maitena, ¿de veras? ¿De veras que las mujeres vivían en el paraíso? Me asusta pensar que sí. Sí, lectoras y lectores, en el tiempo en que las mujeres eran muñecas, no trabajaban, no tenían responsabilidades, andaban por ahí llenas de celulitis, horneando masitas, entre otras cosas que han cambiado mucho desde entonces… ¿serían ellas más felices? ¿Seríamos más felices si viviéramos así?
Últimamente me planteo mucho, ¿cómo es que nosotras, mujeres independientes, modernas, sabedoras de la manipulación presente en los medios de comunicación, conscientes de las mentiras que nos cuentan, seguimos pensando que nuestros cuerpos son feos e inadecuados? ¡Qué lástima! Conocer el problema no nos vuelve inmunes. ¡No! mucho peor… nos da culpa, nos da tristeza no vestir determinado número de pantalón, o no tener el pelo tan brillante, la sonrisa tan blanca, o cualquier otro rasgo de imperfección… sí, imperfección… se trata de eso, se trata encontrar algo que no esté de acuerdo con lo establecido.
Mientras pienso todo eso, el tiempo no para. Los minutos transcurren y cada arruga que se pueda notar en mi facha, me preocupa. “Al carajo con el hambre en el mundo… quiero sacar esta arruga de mi frente”… Cuánta futilidad… Cuánta represión… me avergüenzo. Pero la vergüenza se va en un ratito… basta con que me mire al espejo y vea, totalmente discordante… una arruga, un pelo blanco. ¿Cuál será mi próxima preocupación con relación a mí misma? ¡Cuánto egocentrismo! Sufro. Sin embargo, yo digo: ¡HAY QUE SUPERAR TODO ESO! Y finalmente, cuando lo superamos, dejamos que vengan las arrugas, las pequeñas “curvas extras de seducción” que nos huyen del pantalón… seremos ignoradas… seremos olvidadas.
El mundo pide que nosotras, mujeres, seamos decorativas, sí, como una pieza de decoración para adornar. Un simple adorno dentro de un contexto. Estoy a las vísperas de mi cumple, quizás por eso esté tan pensativa. Es que mucho me molesta es pensar que vos, tu hermana, tu vecina, tu mejor amiga… todas una hora nos volveremos invisibles, dejaremos de ser notadas en algún momento que no está lejos. Seremos invisibles a los ojos masculinos dentro de poco, muy poco. No por cuestiones de ser o casada, soltera, divorciada, pero por cuestiones de patrón de belleza que superamos y elegimos vivir sin tantas preocupaciones y dudas y exigencias en relación a nuestros cuerpos. Otra duda que me planteo, entonces, es la siguiente: ¿Cuándo es que no volvimos rehenes de miradas masculinas? Curiosamente, nos ponemos enojadísimas si con una mirada nos desnudan los hombres reduciéndonos a un mísero trozo de carne en una vitrina de carnicería, pero que no seamos notadas es también una gran ofensa. Sobretodo porque es una elección NUESTRA. Es nuestra elección decidir respirar, andar con la cabeza erguida, la mirada calma y sin duda, darnos cuenta de que somos como el vino, que se mejora con el pasar de los años.
¿Sabes qué? Voy a abrir aquella botella de vino reservada para una ocasión especial, servir el precioso líquido rojo-inconfundible en una bella copa, poner mi música favorita, pues la vida es ahora. Estar aquí es la celebración de todo, de mí misma. Después, una ducha calentita y por supuesto: MIS CREMAS ANTIEDAD. No, no para que me noten las miradas masculinas, sino para seguir pensando que soy tan especial como este vino en mi copa. Para que mi mirada hacia mí sea de admiración y no de represión.
terça-feira, 14 de agosto de 2012
HOMBRE Y PLÁTANO.... dudas, ventajas y mierdas sobre...
¿Qué raro, no?
Antes que algunas personas puedan pensar maldades sobre el título, les quiero aclarar desde ahora que no tiene que ver con el falo. Sí, cuando hablo plátano, no tiene que ver con la pija de uno, incluso, podría ser otra fruta cualquiera, pero, como estamos en Brasil, voy a hablar de una cosa muy común que hacemos por acá: envolver el plátano en hojas de periódico pa’ que esté buena. Sí, de esa manera el plátano se madura. Este viejo truco lo aprendí de mi tía Jandira, quien siempre tenía muchas frutas en su casa. Años más tarde fui a entender el sentido a través de las clases de química.
Bueno, lo que pasa es que uno u otro se acuerda de cosas que no hacen ya partes de su vida cuotidiana. Me gustaría tener muchas frutas en mi casa, comprar plátano aunque verde, tener el periódico para envolver los racimos, comer, preparar jugos, tortas, postres… lo que fuera… me gustaría tener una vida más saludable, incluyendo frutas variadas en mi dieta. Desafortunadamente, cuando compro frutas (y siempre me parecen muy caras)las pongo sobre la mesa del comedor, como un adorno, un premio, algo para acordarme “sí, estoy intentando tener una vida saludable… pero, la chica docena del racimo de plátano, muchas veces, lo olvido… lo olvido hasta que se pudran todos los plátanos y entonces el sentimiento de gastar mi plata con algo inútil me viene a la cabeza sin más remedio. Estoy desistiendo de los plátanos… bueno, de los plátanos…
¿Y sobre los HOMBRES? Bueno, insisto con los hombres. Uno de cada vez, ya que no vienen en racimos (jajaja…) Veo un precio caro, un antagonismo entre libertad y estabilidad. Incluir un hombre a mi dieta es muy saludable, o por lo menos debería ser. Al paso que consumir plátano te previne de calambres, un hombre te puede causar escalofríos e incluso sentir calambres… ¡lo que es buenísimo! Sin embargo, hay algo que podemos hacer con el plátano que no nos toca aplicar a los hombres: acelerar su proceso de maturación. ¡OJALÁ PUDIERÁMOS ENVOLVERLOS EN PERIÓDICO! Lo triste es que no.
Sin embargo, mientras el plátano está verde, hay otras sabrosas frutas… brillantes, con un olor dulce y seductor, que nos mata las ganas comer una fruta fresca y tener una vida saludable, que no aumenta el autoestima, que nos deja la piel brillante y los ojos en fuego. O sea, mujeres, no se preocupen si todavía no descubrimos ningún mecanismo de maturación a estos pseudo hombres que casi nos vuelven locas. Podemos elegir otras frutas que comprar y usar en caso de escalofríos. Podemos aun, dejar que nos provoquen calambres y toda gama de emociones que una fruta propia para consumo es capaz de proporcionar a quien sabe apreciar el sabor de lo que está dentro su tiempo.
¡Ah! ¿Y qué hacer con el plátano todavía verde? ¿Esperar? Quizas. O, como merecen, dejarlos pudrir.
Assinar:
Postagens (Atom)