terça-feira, 24 de setembro de 2013

¿Es posible huir? ¿Y aunque lo sea, lo querremos de veras? ¿Huiríamos?

Mirando este sencillo cómic de Liniers, me doy cuenta de cómo somos chicos delante de la fuerza de la naturaleza. Sin embargo, queda la duda... será natural lo que sentimos unos hacia los otros?

A veces estamos en la playa y todo está lindo, hay sol, hay pájaros, hay todo lo que necesitamos, pero insistimos en caminar hasta el borde... nos acercamos al mar, empezamos mojando los pies, hasta que llegamos más cerca, las olas ya alcanzan nuestras rodillas un día, al otro día, dejamos que se moje hasta las caderas y nos ponemos miedosos, pero sentimos CURIOSIDAD Y DESEO...  deseamos saber como será cuando las olas nos mojen más y más... así, adentramos al mar, hasta que nos mojemos la cintura, el pecho y los hombros... pero no estamos satisfechos, no, señores, no lo estamos... Y, en este momento, no podemos esperar al día siguiente para que el agua del mar nos moje el mentón, la nariz y hasta el pelo de toda la cabeza por unos segundos. 

¡Ah! ¡Qué rica es la sensación! El agua del mar ya nos ha mojado totalmente. ¿Por qué no nos damos por satisfechos y volvemos a la arena? ¡Ya! ¡Listo! "¡NO HAY PORQUE IR MÁS ALLÁ!" nos dice una voz interior que insistimos en ignorar, sofocar, callar. 


Entonces, llega el día en que el deseo es más fuerte que TODO - más fuerte que la intuición, que la prudencia, que el equilibrio, que la serenidad, incluso... la serenidad ya no existe - y llega el día en que por vergüenza de lo que pensarán los demás, o simplemente por un "cuidado inútil", tomamos el paraguas y marchamos rumbo al mar, las olas van y vuelven... las perseguimos, como detectives, ingenuamente como gatos que persiguen ratones débiles. Hasta que llegamos al cómic de Liniers: 

Para mí, el subtítulo más adecuado para este cómic sería: 
¿Y aunque sea, queremos que sea posible huir?
"Así es la vida: no hay casco, paraguas o equipo de seguridad que te pueda salvar de una ola de sentimientos...ahora hay que buscar un chaleco salvavidas... y nadar hasta la próxima playa, hasta la próxima ola".

Aunque sepamos que viene una ola inmensa ola, que nos puede ahogar, que probablemente nos arrastrará, ¿Por qué la buscamos? ¿Por qué no huimos? Bueno, el por qué no importa… al fin y al cabo yo tengo una profunda admiración por aquellos que van al encuentro de esta ola, sobretodo sabiendo de los riesgos… y les admiro a estos valientes no necesariamente por su coraje, sino por su ESPERANZA.

Suerte a todos nosotros que no desistimos. 
Las ganas de dejarse llevar por las olas es lo que nos mueve hacia el mar profundo y misterioso. 
Estas son las ganas de ser feliz al lado de alguien - que nos merezca, de lo contrario, QUEDEMOS EN LA ARENA, disfrutando todo lo bueno alrededor, porque SÍ, un día, las olas invadirán toda la playa... 
Y ya no tendremos miedo... 
Y ya no tendremos inseguridad... 
Y nos sentiremos muy bien... arrastrados por el mar, por una ola tierna e infinita.

Amém.


quinta-feira, 12 de setembro de 2013

Siempre septiembre

Curioso... 

¿Será que la primavera favorece la creatividad? 

¿O será que simplemente, cuando llega septiembre la paciencia ya no alcanza? 

Siempre en septiembre 
Se siente ciento veinte 
Cosas diferentes 

¿Qué viene?
¿Quién viene?
¿A qué viene?
Y, si viene ¿se detiene?
¿O será una fiebre?
¿Qué se siente?
¿Qué trae siempre septiembre?

¿¿¿MÁS SARCASMO???